Me invento un cuchillo para abrirme las heridas, como si la vida no te hiciera ya bastantes rajas en las manos.
Sé lo que quiero, lo tengo más o menos claro, pero se me va la fuerza por la boca, y me rebato sin querer mi propia idea, y la pongo en mi contra, y me acabo perjudicando.Mi peor enemigo sigo siendo yo.
No sé si se puede llamar de alguna manera;
masoquismo, quizás,
o quizás, estupidez.
Que guardo el cielo, donde te espero,pa`cuando quieras conmigo volar;
que sabes que yo sin tus ojos me pierdo en la oscuridad.
Y me la pego, si tú no estás
y beso el suelo.