26.9.10

Se dio cuenta de que ya no estaba cuando descubrió que tenía que abrigarse el doble, estos días.

Los inviernos son más fríos si no tengo tus manos.

12.9.10

Escombro de plumas

Huyendo.

Me di cuenta de que no había dejado de correr en ningún instante, pero no lo hacía porque sí, escapaba.
Mientras mi alrededor en general se convierte, gradualmente, en un campo de concentración, que me obliga a transcribir,encuadernar y exponer mi vida con todos sus pormenores, yo intento enterrar todos y cada uno de los detalles, los que me hicieron feliz, por los que me esforcé. Nunca tuve la pretensión de acabar con ellos, justamente al contrario.
No quiero que la sociedad los manosee, que los llene de mugre y ya solo sirvan para que algún moderno se limpie el culo con ellos.
No.
Los enterraré, cual pirata hace con su tesoro, esparcidos, ocultos en mis medios gestos, disimulados con palabras, para que quien quiera encontrarlos dedique la merecida atención;
aunque quizá, también deje algunos en manos de la casualidad;
sin valor añadido, conozco mis limitaciones, que cada explorador estime el precio de las alhajas que le presente el camino.



Mi vida no es oro, pero es mi vida, al fin y al cabo, y sé que puedo hacerla relucir.



Better than

Había un cielo con diez mil matices diferentes, una explosión de naturaleza que me procuraba una dosis extra de oxígeno, y la inmensidad del océano a mis pies.
Pero yo estaba ciega.

10.9.10

Espérame.

Nos queda todo y nada a la vez.
Nos queda el principio, mi francés y tus soplidos, mi vergüenza, la cocacola,
y la primera sonrisa que me arrancaste.
Nos queda el césped, el frío, nuestra isla, y todas las piraguas que quedan por robar.
Nos quedan las palabras de aliento, las tardes enteras en que nos faltaba el aire, las lágrimas que no se ven, y los besos de buenas noches que imaginamos.
Aquella huída, aquel concierto, aquella cama, verte dormir,
la suerte...o el destino, que no se separaron de nuestro lado.
Nos quedan nuestras canciones;
Ismael, Anthony, Quique...y Andrés.
Nos queda tu ciudad, y ''la mía'', Salamanca, Cádiz, y Praga...si todavía nos esperan.
Nos quedan todos los recuerdos que te debo, la lluvia y
tus manos frías,
mi armónica,
la risa...
Nos queda silbar, y volver a volver a empezar.



Nos queda el presente, que ya es suficiente, y no nos debe faltar.


7.9.10

Miedo

Lo más triste no es que las cosas terminen, lo más triste es darse cuenta de que lo hacen.