En la ventana,
escribí la noche entera,
para ti
y me faltó tiempo.
La calle ardiente
y una primavera adelantanda,
como las de entonces.
No me moví de aquí,
del olor de los naranjos
de la ciudad muriendo, así
igual que ahora.
Qué deprisa pasó todo,
el puente viejo,
el concierto que nunca fue,
lo que yo imaginaba.
Los días,se apresuran
por saber si son días todavía
cuando llegan las nueve
y las cosas no están donde acostumbraban;
quizá se haya roto la luna.
Suena la armónica
más triste que nunca
y yo, desde aquí
y tú, aún más allá
dudamos
si volver a volver
a esa vida inmediata
atribulados
para llenarnos de alegría
después;
no lo sabremos,
y eso me hace llorar...
quizá se haya roto la luna.