30.6.10

M.

Sólo es a veces.
Cuando entra el frío,
y te das cuenta de que los vecinos
se han mudado sin despedirse.

Las palabras suenan como caricias hoy.

Sólo es a veces.
Cuando te giras y percibes el ínfimo suspiro
de lo que duran las cosas.

Cuando eres capaz de personificar la contradicción
y llorar de alegría.

Y aún más, a veces,
cuando despedirse de ti
empieza a parecerse
a despedirse de la vida;

y me doy cuenta de que no quiero morir todavía.

Sólo a veces,
levanto los ojos,
pronuncio tu nombre
y me agarro de tus pisadas,
con fuerza,

para que no vuelvas a irte.


Y si ya no me quedara más que una palabra por decir
fuera cual fuese,



sería para tí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario